PLAN DE EDUCACIÓN EN VALORES A TRAVÉS DEL DEPORTE
El deporte, en edad escolar, debería ser en todo momento formativo y educativo, no de alta competición o de alto rendimiento. En esta etapa, es decir, durante la iniciación deportiva, el propio deporte sobre todo, los deportes de equipo- han de intentar educar, por encima de todas las cosas, en actitudes, valores y normas a los niños/as, además de dotarles de un aprendizaje de los elementos técnicos, tácticos, físicos y psicológicos propios del mismo.
El deporte no debería verse como un medio para conseguir el éxito personal y un endiosamiento de los deportistas de elite, sino que se debería ver simplemente, como el elemento que nos permita conseguir nuestra propia superación personal y, de esta manera, contribuir al enriquecimiento colectivo. Sobre todo, en las edades de formación, tendría que ser un vehículo para disfrutar y divertirse, aspectos que, desgraciadamente, no se dan en toda su plenitud a causa de la presión social existente.
En este escenario, a los componentes del equipo contrario (cuadro técnico y jugadores) y a sus seguidores no se les debería ver como el objetivo al que hay que superar y ganar; sino como a unos compañeros con los cuales disfrutamos, compartimos y aprendemos del trabajo realizado durante la semana, en un breve espacio de tiempo, los unos con los otros.
NORMAS DE COMPORTAMIENTO EN LOS PARTIDOS DE FÚTBOL:
Mostrar una actitud positiva con el equipo contrario y no verlo como si fuera, simplemente, un rival a superar.
Saludar al equipo contrario antes y felicitarlo después del partido por el esfuerzo realizado.
Demostrar, en todo momento, un comportamiento deportivo a lo largo del partido.
No obtener ventajas de situaciones de juego donde debería primar la deportividad.
Evitar engañar al árbitro o entrenador durante las situaciones de juego e intentar ayudarlo en su labor.
Evitar protestar decisiones del árbitro-entrenador aunque podamos intuir que se hayan podido equivocar.
En la consecución de un gol o de la victoria de tu equipo deberán celebrarlo todos fundiéndose en un abrazo y resaltando el trabajo y esfuerzo en equipo, por encima del individual.
Que el público ( los padres ), en general, aplaudieran las buenas acciones del juego sin mirar a qué equipo pertenece el jugador en concreto.
No piensen, por un instante, que estas normas o conductas, restarían emoción, vistosidad o interés a las diferentes acciones del juego, sino todo lo contrario, que éstas se verían impregnadas de la honradez y fidelidad por aquello que amamos tanto. En efecto, si algún día, no muy lejano, se pudieran ver actuaciones en este sentido, no sería extraño que se produjeran situaciones de juego como las que explicamos a continuación:
<< En la década de finales de los años 60, en un partido de fútbol entre dos equipos de primera división, se produjo un fuerte encontronazo entre el delantero de un equipo y el portero del equipo contrario; en el mismo, el portero cayó al suelo con un fuerte golpe. En ese momento, el delantero tuvo suficiente tiempo para lanzar a portería y lograr un gol y de esta manera, posiblemente, la victoria. Pero, ¡pensó! Y, ¿saben ustedes lo que ocurrió? Que lanzó la pelota fuera del terreno de juego para que su compañero, el portero del equipo contrario, fuera atendido por las asistencias médicas. Al jugador en cuestión le criticaron desde muchos medios de comunicación y, desde luego, por parte de su club, pero ¡qué ejemplo nos dio! ¿no es verdad? ¿Por qué no pensamos menos en la oportunidad perdida por este jugador y valoramos todo lo que consiguió ganar en ese instante? Sobre todo consiguió ganarse nuestro respeto. >>
Son anécdotas y lo triste es que, posiblemente, no pasen de ahí. Nos gustaría que no fuesen las excepciones que confirman la regla , pero sabemos que, tristemente, esto es así. No podemos tratar al equipo de cualquier manera. ¡Debemos reflexionar!
¿Cómo podríamos ayudar a mejorar esta situación desde nuestra modesta posición? Pues, la verdad, tan solo podemos atacar el problema a través de la educación general y deportiva. Y, ¿qué es educar? Educar es enseñar, dirigir, instruir, desarrollar el vigor y la inteligencia, orientar la voluntad, perfeccionar los sentidos, transmitir la cortesía y la buena urbanidad. Educar es hacer brotar las potencialidades de cada niño y, por lo tanto, de intentar descubrirlas.
Sabemos que entretener, formar, disciplinar y educar no es una tarea fácil, más bien podríamos decir que es agotadora. Por dicho motivo debemos ser conscientes que educar es un proceso lento y largo, que comporta una gran disponibilidad y una gran responsabilidad por parte del educador, en el que recae un papel muy importante. Nosotros, a lo largo de nuestro trabajo como educadores deportivos, siempre nos hemos impuesto una máxima: No podemos solicitar a nadie aquello que no estamos dispuestos a pedirnos a nosotros mismos. A pesar de ello, creemos que es importantísima la exigencia razonada del educador hacia él mismo, hacia sus pensamientos, sus convicciones y su trabajo para poder seguir evolucionando.
Posiblemente, para que dichas actitudes sean cotidianas en las pistas y campos de juego hace falta un proyecto educativo de club sólido y, sobre todo, rico en valores humanos. Pero, ¿qué es un valor? En nuestra opinión, un valor es la virtud que nos mueve a actuar en todo momento. Y, cuando actúo, implícitamente he establecido unas preferencias. Este ordenamiento efectuado da como resultado mi escala de valores.
En este sentido, hemos priorizado nuestra propia escala de valores que trabajamos concienzudamente a lo largo de la temporada. Los valores presentados y trabajados son acumulativos y estarán presentes durante todo el año. Para llevar a cabo esta iniciativa os presentamos un cuadro resumen del trabajo de valores que desarrollamos en nuestra actividad con los niños (Ver tabla número 1). Cada mes de la temporada se trabaja un valor y, paralelamente, planteamos las actividades que engloba cada uno de ellos. Os podéis llegar a preguntar ¿para qué hacemos todo esto? Pues, nuestro principal objetivo es contribuir en la educación de nuestros deportistas y, por consiguiente, intentar contrarrestar la falta de valores generalizada que padece nuestra sociedad.
¿CÓMO?
Te proponemos este plan de educación para trabajar, comentar en la parte final de la sesión de entrenamiento ( vuelta a la calma ). Se necesita un esfuerzo por parte de todos, entrenador y alumno, por eso debemos reforzar positivamente los logros de nuestros alumnos (nombrándoles capitán del equipo, premio trimestral, que cuenten un chiste o anécdota, elegir un juego, ser el primero en la fila,etc. )
En cada una de las cinco etapas de edad que configuran este plan y se destacan tres valores de especial interés en esa etapa de formación del deportista.
Así, los valores se concretan en una serie de láminas claras y sencillas que se renuevan cada 15 días o a criterio del entrenador. Algunas de ellas van acompañadas del testimonio de alguno de los entrenadores de Educa Rg extraídas de sus experiencias deportivas o personales.
OBJETIVOS EDUCATIVOS: VALORES
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