"Si hoy no los has conseguido, cambia el día no el objetivo" Paciencia y Perseverancia.

jueves, 28 de abril de 2011

Factores importantes en la credibilidad de un entrenador

¿CÓMO PUEDE GESTIONAR EL ENTRENADOR SU PROPIA CREDIBILIDAD ANTE SUS JUGADORES?

LA CREDIBILIDAD DEL ENTRENADOR, UN FACTOR QUE FLUCTÚA.-

El entrenador es una figura clave en un equipo. Su comportamiento diario no pasa desapercibido para sus jugadores. El jugador observa cómo su entrenador actúa, habla, siente, organiza y dirige los entrenamientos, motiva, dirige el partido, resuelve los conflictos… Realmente el entrenador se “examina” diariamente ante sus jugadores. Haga lo que haga aquél éstos lo perciben y lo procesan de forma que, según lo valoren, se acercan o se alejan de su entrenador.

La credibilidad del entrenador tiene que ver con el poder de influencia que su comportamiento, opiniones y propuestas van teniendo sobre los miembros del equipo. Cuando son compartidas, aceptadas y seguidas por su equipo hablamos de que el entrenador se ha ganado su credibilidad.

La credibilidad del entrenador no es estable ni inherente a su rol. El comportamiento diario del entrenador suma o resta sobre su propia credibilidad. Es como un valor en bolsa, que cotiza al alza o a la baja, según su comportamiento sea valorado por sus jugadores. El jugador se acerca o se aleja de su entrenador en función de circunstancias que se suceden cada día y que tienen mucho que ver con el comportamiento de éste.

¿Qué factores incrementan la credibilidad de un entrenador? ¿Qué aspectos acercan al entrenador hacia sus jugadores de forma que contribuyen a que éstos le reconozcan como su líder?

1. Ser percibido como experto en fútbol.
2. Ser un buen director de grupo o equipo.
3. Saber motivar o crear climas de rendimiento.
4. El rendimiento del equipo.


1. EXPERTO EN FÚTBOL.-

Los jugadores valoran mejor a su entrenador cuando piensan que conoce y sabe en profundidad de su deporte, cuando le tienen por un experto. El buen entrenador es capaz de aumentar el conocimiento y el dominio del juego por parte de sus jugadores, les hace mejores profesionales. El buen entrenador, más allá de entrenar, enseña fútbol por lo que contribuye tanto a formar y desarrollar deportivamente a sus jugadores como a optimizar su proyección profesional.

Cómo se entrena es un factor importante a la hora de que los jugadores crean más o menos en su entrenador. Entrenamientos estructurados, variados, exigentes competitivos, lúdicos, muy relacionados con el patrón de juego, que tengan trasferencia sobre el partido, son muy valorados por los jugadores. Éstos ya van teniendo información y formación suficiente para valorar la metodología de entrenamiento que utiliza su entrenador. Una buena metodología refuerza la percepción que como experto pueda tener el jugador de su entrenador.


2. DIRECCIÓN EFICAZ DEL EQUIPO.-


Es el aspecto que más peso tiene en la valoración que los jugadores hacen de su entrenador. Cómo gestiona diariamente la dirección del equipo es un factor determinante en la aceptación o rechazo por parte de los jugadores hacia su entrenador. Esperan de él que sea un buen “psicólogo”. La credibilidad del entrenador en gran medida depende de cómo “lleva el vestuario”. Dentro de la dirección del equipo están bastante claras aquellas características que acercan más al entrenador hacia sus jugadores. Éstas son las siguientes:

- Respeto personal. En la sociedad actual ya nadie tolera que se le falte el respeto o que se le hiera el amor propio, menos aún delante de otras personas. Nunca está justificada la falta de respeto, ni siquiera producto del enfado.
- Actitud de ayuda. El jugador necesita sentirse valorado y apoyado por su entrenador. La exigencia no debe estar reñida con la inquietud de ayudar a que el jugador y el equipo crezcan en su dominio del juego.
- Generador de climas afables. El entrenador debe favorecer un clima afable en la relación con los jugadores y el resto del cuerpo técnico. El entrenador debe mostrarse cercano pero no muy próximo, nunca tratando de ser uno más o un colega. Tampoco puede mostrarse distante, incluso generando cierto temor. Desde la cercanía y la cordialidad hay que ser muy exigente, lo que no está exento de dificultad.
- Comunicación asertiva. El entrenador ha de mantener una comunicación asertiva con los jugadores, hablar claro pero de forma respetuosa. Sus mensajes deben ser claros, concretos y concisos. Debe decir lo que piensa y hacer lo que dice. No debe regalar al jugador aquello que piensa que quiere escuchar pero que luego es difícil de cumplir. Menos aún utilizar argumentos retóricos y huecos que persiguen quedar bien no diciendo nada. Es conveniente hablarle al jugador de forma clara y directa, exponiendo los hechos pero nunca juzgando sus intenciones ni valorándole como profesional y como persona.
- Justicia en las tomas de decisión. El entrenador toma muchas decisiones. Éstas no pueden ser percibidas como arbitrarias y poco equitativas. En las decisiones el entrenador ha de aparecer como “justo”, tomando decisiones que atienden a criterios claros y objetivos y en las que no se casa con nadie.
- Coherencia con los valores propuestos. En su comportamiento y en sus decisiones el entrenador debe mostrarse coherente en los valores que trata de trasmitir al grupo. Ha de ser un ejemplo para ellos. El joven de hoy está suficientemente formado a nivel personal y detecta fácilmente las pequeñas contradicciones en que cae su entrenador, lo que le va apartando de él.
- Gestor de las “disidencias”. Es imposible que al entrenador le siga la totalidad de los jugadores de su equipo, que todos estén satisfechos, que interioricen todos sus valores y propuestas. Es normal, por tanto, que surjan las discrepancias, incluso las disidencias. El entrenador debe saber gestionarlas de forma que ayuden a reforzar los valores compartidos y favorezcan el crecimiento del equipo.
- Saber manejarse en su margen de maniobra. El entrenador tienen que saber convivir con situaciones que le pueden incomodar pero que no está en sus manos resolver o cambiar. En este sentido debe ser tolerante para vivir en un mundo “imperfecto”. Las polémicas acaban por perjudicar al equipo, pero lo absurdo es que resulten estériles porque se refieran a situaciones sobre las que es muy difícil actuar y más aun cambiarlas.
- Equilibrio emocional. El entrenador es esa referencia a quien todos miran desde el interior del vestuario. Es necesario que contagie su equilibrio emocional al equipo. Tras varias victorias ha de mostrarse prudente, comedido, tranquilo, satisfecho y debe frenar la alegría desmedida o la euforia; tras una racha de derrotas ha de trasmitir tranquilidad y confianza tanto en el trabajo de entrenamiento como en la capacidad del equipo, ha de mostrarse optimista y convencido de revertir la situación. Ante la dificultad todos los jugadores van a mirar a su entrenador para ver cómo es capaz de gestionarla.


3. MOTIVAR O CREAR CLIMAS DE RENDIMIENTO.-

Hay muchos entrenadores que “sufren” la competición y lo peor es que se les ve cómo la sufren. Son entrenadores más orientados a no perder que a ganar. A éstos les cambia el carácter en torno a la competición. Se muestran de otra forma a como son habitualmente, nerviosos, serios, muy habladores sobretodo recordando instrucciones y dando pautas para el partido…

El rendimiento es un estado de ánimo. El entrenador debe conocer cuál es el estado ideal de ejecución o de rendimiento. Y debe saber acercar a sus jugadores y al equipo hacia él. Debe crear climas de rendimiento en el vestuario sabiendo mover las emociones individuales y colectivas.

Al rendimiento se llega desde emociones positivas (claridad de la tarea, autoconfianza respecto a su ejecución, ilusión, disfrute, ambición), mientras que se aleja desde emociones negativas (responsabilidad, urgencia, necesidad, obligación, ansiedad, temor, enfado).

El entrenador ha de ser como un “alquimista” capaz de crear la pócima anímica que invite a liberar el talento individual y colectivo. ¿Qué ingredientes maneja el entrenador para crear el clima ideal de rendimiento?

- Claridad de la tarea y sentimiento de competencia. El entrenador debe trasladar a cada jugador, cada línea y al equipo aquellos automatismos que le permitan jugar de “memoria”. Esto es el resultado de muchas horas de entrenamiento. El equipo va construyendo poco a poco su patrón o sistema de juego.
- Reto o desafío asequible. El entrenador debe traducir el objetivo ante cada partido como un desafío o un reto asequible, ni demasiado fácil ni excesivamente difícil de lograr. La dificultad que plantea cada rival debe ser expuesta de forma que el equipo la sienta como un auténtico desafío. Ante una situación percibida como desafío el sistema nervioso autónomo activa la producción de cortisol, hormona que rige los estados de alerta o atención. Una habilidad que los entrenadores necesitan desarrollar es convertir en fácil lo difícil y viceversa.
- Vivir y sentir el duelo o enfrentamiento con un rival. Competir consiste en un duelo en el que superas al rival o él lo hará contigo. El deportista te dice que “matas o te matan, no hay término medio”. Lógicamente las armas para superar ese duelo con el rival son el esfuerzo, el trabajo bien hecho y saber competir. Vivir el partido como un duelo ayuda a que el sistema nervioso libere la adrenalina necesaria para imponer el trabajo al rival hasta superarle.
- Autoconfianza individual y colectiva. Es necesario que el jugador y el equipo se sientan competentes para desarrollar su trabajo hasta imponerlo al rival y lograr superarle. Un entrenador con dudas respecto al rendimiento potencial del equipo lo acaba limitando o frenando. Valorar las cualidades del propio equipo, clarificar la tarea, identificar los puntos débiles del rival y traducir las posibles dificultades que pueda plantear en soluciones, son aspectos que potencian la autoconfianza colectiva.
- Valores relacionados con “saber competir”. Competir supone tener mente de superviviente. Tras la idea de competir está el valor de la superación. Saber competir supone un proceso en el que se van superando diferentes etapas: 1) superarse a sí mismo; 2) superar al compañero; y 3) superar al rival. Los competidores fiables son aquellos que recorren todo el proceso, que compiten cada día para tener garantías de poder competir los “domingos”; los que compiten solo en los partidos son competidores poco fiables.
- Valores “compartidos” por el equipo. Educar determinados valores en el equipo facilita que el equipo se acerque al rendimiento óptimo en los partidos. Recomiendo potenciar al menos los siguientes valores: 1) la importancia y protagonismo del equipo; 2) conducirse siempre, cada día, desde el máximo esfuerzo; 3) saber competir o tratar de superar siempre cualquier dificultad o adversidad; y 4) buscar el acierto o la eficacia en cada acción, tanto entrenando como compitiendo.
- Máxima exigencia. El equipo está mejor preparado para la competición cuando convive diariamente con un elevado nivel de exigencia por parte de su entrenador. No está reñida la exigencia con un trato cordial o afable. El entrenador actual debe exigir con argumentos que se apoyen en la utilidad individual y colectiva y no en la autoridad o la imposición.


4. GANAR, OBTENCIÓN DE RESULTADOS POSITIVOS O VICTORIAS.-

No se puede ignorar que los resultados pueden tener un doble efecto sobre la psicología individual y colectiva, terapéutico cuando se trata de victorias y nocivo cuando se trata de derrotas. Los resultados arman o desarman vestuarios y refuerzan o debilitan la autoconfianza individual y colectiva. Es verdad que ganar refuerza el trabajo que se viene realizando y los métodos que se vienen utilizando, da credibilidad al entrenador y mejora el clima de convivencia interno de los equipos. Pero apelar a la victoria como único camino para potenciar la autoconfianza y la cohesión interna del equipo es muy arriesgado. Además, cuando se busca desde la necesidad y la urgencia ganar se suele alejar más todavía. El trabajo programado por parte del entrenador, dirigido a la construcción del equipo y a dotarlo de una personalidad competitiva, es el mejor camino para ampliar las probabilidades de obtener resultados positivos, lo que sin duda retroalimenta y refuerza ese trabajo realizado por el entrenador.


A MODO DE CONCLUSIÓN: CREABILIDAD, LIDERAZGO O AUTORIDAD.-

El entrenador dispone de un “poder” inherente al rol que desempeña. Tiene poder de decisión. Pero no necesariamente tiene autoridad. En la sociedad actual la autoridad ya no es inherente al rango del cargo o rol que se desempeña sino a la eficacia derivada de su ejercicio, a su credibilidad.

La autoridad del entrenador tiene que ver mucho con cómo ejerce el liderazgo sobre el equipo. La autoridad la otorgan hoy en día los jugadores a su entrenador cuando éste es reconocido por ellos como su líder. La autoridad tiene que ver directamente con la credibilidad, el prestigio y el reconocimiento ganado ante sus jugadores por su buena gestión de la dirección del equipo. La autoridad es inherente al liderazgo o a la capacidad que tiene el entrenador de influir en sus jugadores. Influir, dejar huella, seducir, convencer otorgan autoridad y está al alcance de unos pocos.

Recientemente, Manuel Pellegrini decía que “el entrenador tiene poder pero la autoridad se la va ganando desde el convencimiento”. Ese es quizás el reto que mayor dificultad entraña actualmente para el entrenador.

Zeben Hdez

martes, 26 de abril de 2011

Albert Roca Preparador Fisico del FC Barcelona

Albertroca or Fisico Barsa

lunes, 25 de abril de 2011

CODIGO ÉTICO PARA ENTRENADORES

CODIGO DE ETICA PARA ENTRENADORES
Las siguientes normas éticas y código de conducta perfilan una filosofía que es de gran importancia para el entrenador de cualquier deporte y que debe ser recalcada en combinación con el desarrollo de la técnica y el estilo de juego.
Dentro de este contexto, los entrenadores deben priorizar el bienestar de sus jugadores y respetar las normas de conducta y competencia profesional.
El comportamiento ético de los entrenadores se demuestra en sus relaciones con los jugadores, colegas, árbitros, directivos, padres...
Los entrenadores son un modelo de comportamiento y deben entender la gran influencia que sus palabras y acciones tienen en los jugadores que forman su equipo. Por esa razón deben considerar su principal responsabilidad la continuidad de los valores morales y la conducta ética que se deriva del espíritu del juego y que se establece en los reglamentos de cada deporte.
Ruben Martinez Crowther
 

Responsabilidades con los Jugadores
1. La importancia de ganar no deben anteponerse a la seguridad y el bienestar de los jugadores.
2. Los requisitos para participar en un equipo no deben impedir la oportunidad de obtener buenos resultados académicos.
3. Los entrenadores deben seguir las reglas del juego. No deben buscar ventajas injustas enseñando comportamientos antideportivos o aceptando ventajas ilegales sobre el rival.
4. Lo que el entrenador pida a los jugadores debe seguir las normas establecidas por los organismos reguladores.
5. El diagnóstico y tratamiento de lesiones son tareas médicas, y los entrenadores deben someterse al personal médico sin interferir.
6. Los entrenadores no deben promover el uso de estimulantes ni sustancias ilegales para obtener beneficios.
7. Los entrenadores no deben poner en peligro intencionadamente la participación de un jugador.
8. Los entrenadores deben en lo posible enseñar a sus jugadores reglas y principios que deben regir su vida deportiva y personal.
9. Ningún entrenador podrá chantajear o pedir a sus jugadores que realicen actos fuera de la moral y buenas costumbres para poder pertenecer a su equipo.
10. Los entrenadores deberán siempre respetar al jugador como individuo, sus creencias religiosas o sus costumbres, no deberá pedir o solicitar que realice prácticas que el jugador considere vayan en contra de su integridad como persona o jugador para ser parte del equipo.
11. Ningún entrenador deberá participar o alentar prácticas que vejen o irrespeten la integridad moral y física de un jugador.
12. Los entrenadores son responsables de la seguridad de sus jugadores, deben tener como prioridad el bienestar físico y moral de cada atleta a su cargo.
13. El entrenador que observe a un similar o a un asistente o a cualquier miembro de su equipo incurrir en faltas a este código de ética y se desentienda de ello será tan culpable de la falta como el que incurre en ella.
14. Un entrenador jamás deberá burlarse o incitar a la burla o humillación o minimizar la calidad o desempeño de un atleta frente a otros jugadores, si es un entrenador de escuela deportiva siempre deberá tener presente que su función es enseñar al atleta, no excluir o apartar por que su desempeño sea mediocre o no cubra las exigencias requeridas.
15. El entrenador siempre debe tener presente que por mucha confianza, amistad o familiaridad que pueda tener con los atletas siempre debe haber y exigir el respeto mutuo al momento de que ambas partes realicen su trabajo.
 

Responsabilidades Técnicas
1. El entrenador debe proporcionar a todos sus jugadores la oportunidad de mejorar sus capacidades técnicas, tácticas y físicas durante el proceso de entrenamiento.
2. El entrenador debe intentar que los entrenamientos resulten amenos, además de provechosos.
3. El entrenador debe corregir los defectos y errores del jugador, con paciencia y sin enfadarse con él, animandole constantemente a mejorar..
4. El entrenador de niños debe tratar a sus jugadores como niños que son, no como adultos en pequeño, y adaptar los entrenamiento a sus capacidades físicas y sus necesidades.
5. El entrenador debe evitar la precipitación en la enseñanza de sus jugadores. Debe considerarse el proceso de entrenamiento en todas sus fases e ir paso a paso sin saltarse ninguno. 

Responsabilidades con el Club
1. Los entrenadores deben promover los objetivos y misiones educativas de sus clubs y evitar comprometer los principios, integridad y dignidad de las mismas.
2. Los entrenadores no deben pedir consideraciones especiales para sus jugadores.
3. Los datos e informes sobre los jugadores deben ser confidenciales y ser usados solo con propósitos oficiales.
4. Los entrenadores deben seguir las políticas del club sobre la obtención de fondos y remuneraciones recibidas de actividades profesionales y patrocinios.
5. Los entrenadores deben discutir sus problemas con sus directores de manera profesional y apoyar después sus decisiones en las normas y reglamentos del club.
6. Los entrenadores deben notificar inmediatamente a sus directores deportivos o a sus respectivos jefes cualquier situación que viole las normas del club, liga, federación...
 



Reglas de Juego
1. Los entrenadores deben mantenerse informados sobre las reglas . También deben asegurarse de que sus jugadores entiendan el objetivo y la aplicación de las reglas.
2. Los entrenadores deben seguir las normas y el espíritu de las reglas del juego y no evitarlas o aprovecharse de ellas para obtener ventajas injustas.
3. Los entrenadores son responsables de las acciones de los jugadores dentro del campo. Las tácticas antideportivas, trampas... son consideradas inmorales.
4. Debe estimularse el juego limpio durante los entrenos y competiciones.
 
Árbitros
1. Los entrenadores no deben criticar publica o privadamente a los árbitros y deben seguir las reglas del club referentes a los comentarios sobre el arbitraje. Los árbitros imparciales y competentes son imprescindibles para el éxito de cualquier competición.
2. Los entrenadores deben asistir siempre que puedan a reuniones de árbitros por discutir las reglas. También deben animar a los árbitros a discutir las reglas con su equipo.
3. Los entrenadores no deben usar nunca el vídeo en publico para comprobar decisiones discutibles tomadas por un arbitro. Las criticas a los árbitros deben hacerse por escrito al organismo competente.
4. Los entrenadores no deben incitar a los jugadores o al público contra los árbitros.  

 
Fichajes
1. Los entrenadores deben seguir estrictamente todas las reglas del club, institucionales y federativas referentes a los fichajes.
2. Los entrenadores deben ser honestos al promocionar y describir a sus instituciones y sus programas y deben evitar criticar a otros colegas o clubs.
3. Los entrenadores no deben hacer falsas promesas al posible futuro jugador.
4. Los entrenadores no deben usar incentivos extradeportivos o prohibidos para potenciar su política de fichajes.
5. Los compromisos educativos, religiosos y personales deben ser reconocidos y respetados durante el proceso de reclutamiento.  

Otras Responsabilidades
1. Los entrenadores deben evitar cualquier comportamiento considerado física o verbalmente abusivo.
2. Los entrenadores deben evitar cualquier discusión con el banquillo contrario.
3. Los entrenadores locales deben encontrarse antes del partido con el visitante y comprobar que sus necesidades establecidas estén satisfechas.
4. Los entrenadores deben cumplir sus obligaciones contractuales a no ser que sea liberado por decisión del club o de mutuo acuerdo. Si un entrenador decide finalizar su tarea, debe comunicarlo de manera adecuada y dar facilidades al club para evitar perjuicios indirectos al equipo.
5. Los entrenadores deben respetar las relaciones profesionales con sus colegas, asociaciones, prensa y publico. Deben evitarse conflictos de interés y la explotación de estas relaciones.
6. Los entrenadores deben realizar sus obligaciones basándose en una preparación adecuada, asegurándose de que sus instrucciones sean adecuadas.
7. Los entrenadores deben buscar continuamente nuevas oportunidades para su progreso profesional y educacional.
8. Los entrenadores deben mantenerse en forma y en condiciones óptimas en los aspectos adecuados para su deporte.
9. Los entrenadores deben pedir consejo a compañeros y colegas cuando esto sea en beneficio de los jugadores.
10. Las relaciones con los agentes de los jugadores deben ser correctas, siempre en beneficio de los jugadores.
11. Los entrenadores no deben recibir compensaciones de equipos profesionales por el descubrimiento de talentos o por negociaciones de fichajes.
12. Un entrenador no debe solicitar o promover relaciones sexuales con ningún menor de su equipo.
13. El comportamiento y los valores del entrenador deben dar crédito a su programa, al club, a las instituciones y al deporte.

PLAN DE EDUCACIÓN EN VALORES A TRAVÉS DEL DEPORTE

PLAN DE EDUCACIÓN EN VALORES A TRAVÉS DEL DEPORTE

El deporte, en edad escolar, debería ser en todo momento formativo y educativo, no de alta competición o de alto rendimiento. En esta etapa, es decir, durante la iniciación deportiva, el propio deporte sobre todo, los deportes de equipo- han de intentar educar, por encima de todas las cosas, en actitudes, valores y normas a los niños/as, además de dotarles de un aprendizaje de los elementos técnicos, tácticos, físicos y psicológicos propios del mismo.
El deporte no debería verse como un medio para conseguir el éxito personal y un endiosamiento de los deportistas de elite, sino que se debería ver simplemente, como el elemento que nos permita conseguir nuestra propia superación personal y, de esta manera, contribuir al enriquecimiento colectivo. Sobre todo, en las edades de formación, tendría que ser un vehículo para disfrutar y divertirse, aspectos que, desgraciadamente, no se dan en toda su plenitud a causa de la presión social existente.
En este escenario, a los componentes del equipo contrario (cuadro técnico y jugadores) y a sus seguidores no se les debería ver como el objetivo al que hay que superar y ganar; sino como a unos compañeros con los cuales disfrutamos, compartimos y aprendemos del trabajo realizado durante la semana, en un breve espacio de tiempo, los unos con los otros.
 
NORMAS DE COMPORTAMIENTO EN LOS PARTIDOS DE FÚTBOL:
 
Mostrar una actitud positiva con el equipo contrario y no verlo como si fuera, simplemente, un rival a superar.
Saludar al equipo contrario antes y felicitarlo después del partido por el esfuerzo realizado.
Demostrar, en todo momento, un comportamiento deportivo a lo largo del partido.
No obtener ventajas de situaciones de juego donde debería primar la deportividad.
Evitar engañar al árbitro o entrenador durante las situaciones de juego e intentar ayudarlo en su labor.
Evitar protestar decisiones del árbitro-entrenador aunque podamos intuir que se hayan podido equivocar.
En la consecución de un gol o de la victoria  de tu equipo deberán celebrarlo todos fundiéndose en un abrazo y resaltando el trabajo y esfuerzo en equipo, por encima del individual.
Que el público ( los padres ), en general, aplaudieran las buenas acciones del juego sin mirar a qué equipo pertenece el jugador en concreto. 
No piensen, por un instante, que estas normas o conductas, restarían emoción, vistosidad o interés a las diferentes acciones del juego, sino todo lo contrario, que éstas se verían impregnadas de la honradez y fidelidad por aquello que amamos tanto.  En efecto, si algún día, no muy lejano, se pudieran ver actuaciones en este sentido, no sería extraño que se produjeran situaciones de juego como las que explicamos a continuación:
<< En la década de finales de los años 60, en un partido de fútbol entre dos equipos de primera división, se produjo un fuerte encontronazo entre el delantero de un equipo y el portero del equipo contrario; en el mismo, el portero cayó al suelo con un fuerte golpe. En ese momento, el delantero tuvo suficiente tiempo para lanzar a portería y lograr un gol y de esta manera, posiblemente, la victoria. Pero, ¡pensó! Y, ¿saben ustedes lo que ocurrió? Que lanzó la pelota fuera del terreno de juego para que su compañero, el portero del equipo contrario, fuera atendido por las asistencias médicas. Al jugador en cuestión le criticaron desde muchos medios de comunicación y, desde luego, por parte de su club, pero ¡qué ejemplo nos dio! ¿no es verdad? ¿Por qué no pensamos menos en la oportunidad perdida por este jugador y valoramos todo lo que consiguió ganar en ese instante? Sobre todo consiguió ganarse nuestro respeto. >>
Son anécdotas y lo triste es que, posiblemente, no pasen de ahí. Nos gustaría que no fuesen las excepciones que confirman la regla , pero sabemos que, tristemente, esto es así. No podemos tratar al equipo de cualquier manera. ¡Debemos reflexionar!
¿Cómo podríamos ayudar a mejorar esta situación desde nuestra modesta posición? Pues, la verdad, tan solo podemos atacar el problema a través de la educación general y deportiva. Y, ¿qué es educar? Educar es enseñar, dirigir, instruir, desarrollar el vigor y la inteligencia, orientar la voluntad, perfeccionar los sentidos, transmitir la cortesía y la buena urbanidad. Educar es hacer brotar las potencialidades de cada niño y, por lo tanto, de intentar descubrirlas.
Sabemos que entretener, formar, disciplinar y educar no es una tarea fácil, más bien podríamos decir que es agotadora. Por dicho motivo debemos ser conscientes que educar es un proceso lento y largo, que comporta una gran disponibilidad y una gran responsabilidad por parte del educador, en el que recae un papel muy importante. Nosotros, a lo largo de nuestro trabajo como educadores deportivos, siempre nos hemos impuesto una máxima: No podemos solicitar a nadie aquello que no estamos dispuestos a pedirnos a nosotros mismos. A pesar de ello, creemos que es importantísima la exigencia razonada del educador hacia él mismo, hacia sus pensamientos, sus convicciones y su trabajo para poder seguir evolucionando. 
Posiblemente, para que dichas actitudes sean cotidianas en las pistas y campos de juego hace falta un proyecto educativo de club sólido y, sobre todo, rico en valores humanos. Pero, ¿qué es un valor? En nuestra opinión, un valor es la virtud que nos mueve a actuar en todo momento. Y, cuando actúo, implícitamente he establecido unas preferencias. Este ordenamiento efectuado da como resultado mi escala de valores.
En este sentido, hemos priorizado nuestra propia escala de valores que trabajamos concienzudamente a lo largo de la temporada. Los valores presentados y trabajados son acumulativos y estarán presentes durante todo el año. Para llevar a cabo esta iniciativa os presentamos un cuadro resumen del trabajo de valores que desarrollamos en nuestra actividad con los niños (Ver tabla número 1). Cada mes de la temporada se trabaja un valor y, paralelamente, planteamos las actividades que engloba cada uno de ellos. Os podéis llegar a preguntar ¿para qué hacemos todo esto? Pues, nuestro principal objetivo es contribuir en la educación de nuestros deportistas y, por consiguiente, intentar contrarrestar la falta de valores generalizada que padece nuestra sociedad.
 
¿CÓMO?
Te proponemos este plan de educación para trabajar, comentar en la parte final de la sesión de entrenamiento ( vuelta a la calma ). Se necesita un esfuerzo por parte de todos, entrenador y alumno, por eso debemos reforzar positivamente los logros de nuestros alumnos (nombrándoles capitán del equipo, premio trimestral, que cuenten un chiste o anécdota, elegir un juego, ser el primero en la fila,etc.  )
En cada una de las cinco etapas de edad que configuran este plan y  se destacan tres valores de especial interés en esa etapa de formación del deportista.
Así, los valores se concretan en una serie de láminas claras y sencillas que se renuevan cada 15 días o a criterio del entrenador. Algunas de ellas van acompañadas del testimonio de alguno de los entrenadores de Educa Rg  extraídas de sus experiencias deportivas o personales.
 
OBJETIVOS EDUCATIVOS: VALORES